¡No sea idiota¡

24.03.2020

¡Los griegos le decían "idiotas! a quienes no se metían en política, a aquellos que no ofrecían nada a la comunidad, a los que se quedaban en casa mirándose el ombligo. Miraban mal al idiota, con desprecio por esa actitud. Con el tiempo la palabra fue degenerando a la que usamos hoy, como sinónimo de tonto, imbécil.

No quiero ser idiota (de los griegos...) Hoy siento el imperativo de participar aún más en la política, -las cosas referentes a la comunidad- palabra que a algunos todavía les provoca repugnancia, pero que simplemente significa, tener consciencia y hacerse cargo de las cuestiones de la sociedad, de nuestras formas de convivencia.

Es para sonreír con ironía, que nos provoque rechazo la palabra "política", porque la asociamos a los "políticos" que nos representan, que los hemos elegido, con el voto, o con la ausencia.

Sigo con los amigos griegos. La política constituía para el ciudadano griego su horizonte de sentido. No vivir en una polis era, para un griego, no vivir civilizadamente, no tener una vida esencialmente humana. Pensamiento filosófico, pensamiento ético y pensamiento político eran sinónimos para los griegos.

Para Sócrates, el auténtico político es aquel que actúa sobre el alma misma de sus conciudadanos para producir una revolución moral.

Interesante fenómeno es que el virus provoque unidad y reconocimiento de la otredad. A la vez gatilla pausa, reflexión, preguntas. Las emociones se comparten en diferentes idiomas, y las sentimos. La tecnología nos permite mirarnos, escucharnos, empatizar y dejar el ego algo aplastado. Es que nos han coronado sin flores, son coronas de dolores del alma.

Cuando la muerte se acerca a la puerta, y le echamos cloro y vinagre a la manilla, para que no avance más, también sentimos el dolor de los que no alcanzaron a detenerla con la lejía. Nos duele el alma. Nos duele el aislamiento, la falta del beso y el abrazo, del refriegue con el otro/a. ¿y lo hacíamos?

Leo los posts que me llegan, videos, frases, poemas. Yo misma escribo sobre la importancia de detenerse, de hacer la pausa, de hacer el MA. Y entro en esto decir ¡basta¡, me enojo cuando veo a ese mandatario que organiza la marcha del amor para combatir a la Corona. Eso es idiotez (de la contemporánea)

Meditemos, sí, recemos si, guardémonos en las casas (si puede), si. Pero no nos quedemos en la inacción, que no nos paralice el miedo, sería negligencia, idiotez.

¿Cómo imaginamos lo que vendrá? ¿Cómo nos preparamos? Siento la necesidad de entrar en acción por todas las preguntas, aunque a veces me siento como la canción de Serrat.... Al techo le vendría bien una manito de pintura. Por ahora, escribo

Por todo esto, y seguro que más, ¡no seamos idiotas¡