LA TAREA DEL INTELECTUAL SEGUN JORGE MILLAS
Jorge Millas (1917-1982) ha sido considerado el más señero de los filósofos chilenos. Pero su figura y su obra han traspasado los límites de la filosofía para extenderse al reconocimiento en los ámbitos de la poesía y del ensayo, donde la crítica a la cultura de la modernidad y la consecuente reflexión realizada en torno a los grandes problemas sociales, educacionales, éticos y filosóficos de la sociedad chilena contemporánea parecieron constituir temas centrales de su pensamiento. A ello se sumó la preocupación por algunos de los más importantes temas de la filosofía del derecho.
Millas nació en Santiago. Estudió y trabajó durante un tiempo en el Internado Barros Arana donde conoció a Nicanor Parra. Posteriormente, ingresó a la Escuela de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Chile y a Filosofía, egresando de esta última facultad en el año 1943. A poco andar, viajó a Estados Unidos donde obtuvo el grado de Master of Arts por la Universidad de Iowa. A partir de entonces, su labor docente e investigativa comenzaría a centrarse en Puerto Rico y en Chile, participando paralelamente en una serie de congresos internacionales de filosofía.
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La prosa de Jorge Millas cautiva desde los primeros párrafos y provoca en el lector una picazón de tábano socrático, justamente que es de lo que trata, del despertar del hombre, un llamado a la pregunta, al pensamiento límite. Millas le asigna una misión al intelectual, al escritor, al filósofo. Aunque igualmente escucho un llamado al lector, a la persona, que con coraje quiera ir a la reflexión sobre la vida, sobre los seres humanos, sobre sí mismo y sus contingencias. Entre las tareas del intelectual estaría el ayudar a despertar a las personas de una existencia sonambúlica, embotamiento también le dice.
"Puede el hombre, embotarse en una existencia soporífera, sin tensión ni lucidez: pasa para él el tiempo, pasan los sucesos, como para el animal el ciclo de su vida y las regularidades y azares de su medio. Puede también despertar a una experiencia de máxima vigilia, tenga y alerta, para la cual el tiempo y la vida no "suceden", sino que brotan como actosde vivir, de la propia existencia del sujeto " [1]
O sea, podemos estar despiertos o dormidos en nuestras vidas. Dormidos cuando dejamos que la vida nos pase, sin darnos cuenta de que estamos vivos. Por ende, ni siquiera nos damos cuenta de que somos responsables de nosotros mismos, de lo que hacemos con nuestras vidas. No tenemos control sobre muchas cosas que suceden en el mundo en que estamos, sin embargo, podemos decidir qué hacer ante este mundo.
Podemos despertarnos, dice Millas, lo que significa pensar de un modo lúcido y activo frente a la vida, lo que haría que nuestro vivir no fuera un mero sobrevivir. Sin embargo, es más común que el hombre evite mirarse al espejo, experiencia que puede ser dolorosa y con costos no previstos.
"El meditar o pensar reflexivo es aquello de lo que el hombre huye, para lo que no destina tiempo ni parece tener disposición"[2]
Esta frase también me recuerda a algunos párrafos de "Serenidad" de Heidegger, que dice: "La creciente falta de pensamiento reside así en un proceso que consume la médula misma del hombre contemporáneo: su huida ante el pensar."[3]
La falta de reflexión es una fuga de la vida, del negarse a ver, de negarse a sentir, por lo tanto, el resultado son individuos desconectados, con acciones y resultados que nadie quiere, construyendo una sociedad ciega a las contingencias y sorda ante las crisis del mundo.
Entre las tareas del intelectual está el ayudar a despertar, a un vivir en conciencia. De pensar por sí mismos, es decir, tener las reflexiones, las preguntas, del para qué, del por qué, ¿de qué pasaría sí? Y el pensar sobre la multiplicidad de los temas del hombre, el tiempo, la conciencia, la acción, la soledad, la muerte, la simpatía, la esperanza, la existencia, la cultura, el valor moral, la libertad. Mas aún, es la exigencia del pensar ante los cambios y trasformaciones que el mismo ser humano ha causado y podría causar.
Millas nos habla de estar en el mundo en un modo lúcido y activo ante la vida. No sólo son las grandes preguntas, se trata de asomarse al mundo, en su contingencia, de verlo, sentirlo, a la vez de mirarse y sentirse a sí mismo y hacerse cargo, esto exige responsabilidad. Sólo desde este modo el hombre se constituye como tal, esa es la humanidad. "El hombre sólo es tal en cuanto está ante sí mismo...en cuanto su vida brota de su propia alegría y decisión, de su propia incertidumbre y su dolor".[4]
La exigencia de mirarse puede ser costosa, ver lo que no se quiere ver, lo que se sospecha, pero que a la vez augura una vida consciente y responsable consigo mismo y con los demás.[5]
Por otra parte, Millas alude a nuestra historia de seres humanos. "Somos históricos en cuanto el tiempo se constituye en nosotros, y el tiempo sólo puede constituirse gracias a una conciencia que retenga sus momentos y los articule en el continuo de una misma vida individual o colectiva".[6]
Este es otro desafío para el hombre, tomar en cuenta que estoy en este presente efímero, gracias a mi pasado, y sólo soy un proyecto hacia el futuro. Mi desafío es conectar desde la reflexión, ese pasado, con mi presente, y hacia mi futuro.
Somos una generación privilegiada de haber vivido momentos históricos para la humanidad, no necesariamente felices, sino que tremendamente significativos y removedores para el espíritu: dos guerras mundiales, globalización, tremendos desarrollos tecnológicos, cambio climático y un gran desequilibrio en la distribución del ingreso a nivel mundial. En Chile hemos vivido un golpe militar, perdimos la democracia y recuperamos la democracia, hemos tenido feroces terremotos, y tuvimos la imposición de la ideología neoliberal en todos los ámbitos de la sociedad, desde los más relevantes como la salud, educación, seguridad, previsión, hasta los más sutiles, donde las palabras libertad y competencia se cuelan en la cotidianeidad, en el hogar, en las escuelas. Así hemos llegado a la mejor expresión del sistema capitalista, donde nos explotamos a sí mismos creyendo que nos estamos realizando.
Recientemente hemos sido impactados por un estallido social, mostrando el fracaso del "sistema". En paralelo estamos afrontando una pandemia en el planeta que hasta ahora sólo estaba en las novelas de ciencia ficción. Estamos viviendo un cambio radical en nuestro modo de vivir, con profundas crisis sociales. A la vez, al no tener una solución única, que como antaño nos ofrecían las ideologías, tenemos la oportunidad de reinventarnos.
Junto a las crisis sociales, hemos sentido el impacto de la tecnología con crecimiento exponencial en nuestras vidas, con celulares, inteligencia artificial, computadores, internet, en lo que han denominado el mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA)[7] ¿Cómo no sentirse privilegiados de vivir estas vidas con tanta transformación social, económica, política, tecnológica? Todos estos cambios también han y están transformando lo humano. Y nos llevan a situaciones de confrontación y también de reflexión sobre el mundo que quisiéramos construir. Tenemos tábanos socráticos rondando en todos nuestros ámbitos de vida.
Hoy se hace presente Millas: "Las contiendas del presente por la justicia social nos advierten cómo puede degradarse al hombre con excusas de nobles fines, convirtiendo en virtud la indiferencia ante el sufrimiento humano, a pretexto de salvar al hombre del sufrimiento, y cómo es posible negar en su humanidad a ciertos hombres para que otros puedan imponer su particular concepción de las cosas humanas". [8]
Millas sueña con una sociedad libre de sometimiento, abuso, manipulación. Él es un anti-dogmatismo, anti-autoritarismo. Hoy estamos lejos de las ideologías de polos antagónicos, mas bien, después de probar el mal sabor del neoliberalismo, no tenemos una receta ideológica de cómo salir del dogma neoliberal. Quizá eso sea mejor, para que nos provoque a pensar, a reflexionar. Millas advertía, en 1974: "Estamos en el intento de libertamos de la sujeción económica y política, para entregarnos inconsciente y ciegamente a una forma de servidumbre ideológica que nos lleva a considerar enemigos de la humanidad al que no ha elegido esos medios que nosotros estimamos necesarios para resolver aquellos problemas y a aquellos que no están dispuestos a aceptar que la verdad pueda ser monopolio de un grupo militante de personas, que piensan de una manera dogmática y que creen, como nuevos iluminados, tener el secreto y ser los oráculos de la situación histórica".[9]
Pienso que hoy - gracias a la gran crisis- tenemos la oportunidad de repensarnos, de vernos, de ver nuestro entorno social, de ver a la otredad, de ver al planeta. Y no sólo de "ver", ya que no basta ver, tenemos que atrevernos a sentir lo que vemos. El tomar consciencia de nuestras acciones, de cómo impactan en nosotros mismos, en el otro, en el planeta y hacernos cargo, es la tarea de hoy, que nos llama a actuar con compasión y coraje. El pensar de Millas, lo interpreto, como un ver el mundo, a la otredad, sentir a la otredad, que llegue al tuétano el rostro de la otredad, visibilizar, sacando la voz, mostrando la palabra. Esta sería la tarea del intelectual de hoy, con cabeza, corazón e intestinos.[10]
[1] Millas J., "El escritor y el deber intelectual" en De la tarea intelectual, Editorial Universitaria, Santiago, p.18
[2] Millas. J. El Valor de Pensar. Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, 2011, p.64.
[3] SERENIDAD (Gelassenheit) Martin Heidegger Versión castellana de Yves Zimmermann, publicada por Ediciones del Serbal, Barcelona, 1994.
[4] Ibíd., p.13
[5] Ibíd., p.20 "El escritor invita a atenerse a la verdad, es decir, a mirarse el hombre cara a cara y desnudo en el espejo. Ejercicio penoso, indudablemente, para quien ignora que en esa penuria comienza la práctica de la libertad y de la verdadera pureza, y que sólo siendo en ese grado libres y puros, pueden dejar de ser los hombres sus propios verdugos"
[6] Ibíd.,p 16
[7] El concepto de entorno VICA tiene su origen en el campo militar en EEUU, servía para designar el escenario mundial posterior a la Guerra Fría. Hoy usamos el término VICA para caracterizar los tiempos actuales.
[8] Ibíd., p.23
[9] Ibíd., p.78
[10] "Cuidado con los que solamente razonan, cuidado: hay que razonar y sentir, y cuando la razón se divorcia del corazón te convido para el temblor porque esos personajes pueden conducirte al fin de la existencia humana del planeta'' Eduardo Galeano. 2015. https://www.youtube.com/watch?v=5ADwaoGY2l8&ab_channel=CaballitodeMadera